Home >  Perdón por la interrupción: del punto A al XML
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Pardon the Disruption

Eve Maler es quizás más conocida por ser la cocreadora del lenguaje XML. Actualmente, es vicepresidenta de innovación y nuevas tecnologías en las oficinas del CTO de ForgeRock, donde dirige innovadores proyectos sobre privacidad y consentimiento para la plataforma de identidad de ForgeRock.

Fundó y preside el grupo de trabajo User-Managed Access (UMA) y cofundó y copreside el de Health Relationship Trust (HEART). Asimismo, es coinventora del lenguaje XML.

¿Cómo definirías la desestabilización empresarial?

Eve Maler: Para tener éxito, las empresas más pequeñas tienen que encontrar la forma de rendir por encima de sus posibilidades mientras hacen frente a los líderes del mercado. Crear innovaciones que desestabilicen el mercado es una de las estrategias clave de las que pueden servirse para conseguirlo. Este método podría implicar el desarrollo de una nueva y sorprendente tecnología, a veces, a la vista de desdeñosos competidores. Asimismo, podría significar la invención de un modelo de negocio radicalmente nuevo que transforme un mercado. También, la fabricación de un artículo original alejado de los ya conocidos.

De vuelta a cuando ayudaste a crear el lenguaje XML, ¿cuáles fueron algunos de los principales desafíos a los que te enfrentaste para que otros aceptaran tu nueva tecnología?

Eve Maler: Los nuevos estándares hacen frente a obstáculos increíbles incluso aunque todo salga bien. Éramos conscientes de que nuestro trabajo tendría efectos positivos en la comunicación entre máquinas, además de convertirse en un referente de la publicación de documentos del tipo “escribe una vez, publica en cualquier parte”. Sin embargo, también sabíamos que el predecesor del XML, el SGML, no iba a verse tan favorecido debido a su rendimiento o sencillez. Una de las decisiones que tomamos, supuso una especial preocupación: nuestro lenguaje requería el uso de Unicode 2.0 para garantizar la compatibilidad internacional. Piensa que todo esto ocurrió en 1998, cuando la compatibilidad con Unicode aún no era universal.

¿Cómo lograsteis superar tales desafíos?

Eve Maler: Nuestro comité trabajó duro para hacer que el XML fuera lo más sencillo posible, al tiempo que abordaba casos de uso reales, con la ayuda de una comunidad bien informada de expertos de SGML. Adoptamos un objetivo oficioso al que denominamos DPH (“Desperate Perl Hacker”, es decir, programador de Perl desesperado). Según nuestro objetivo, un DPH debería poder codificar un analizador XML conforme en el plazo de una semana; esto nos ayudó a garantizar la adopción. Procuramos asegurarnos de que el lenguaje XML fuera compatible con versiones anteriores de SGML. Muchos de nosotros desarrollamos nuestro propio software e incluso llegamos a dar conferencias para defenderlo y formar a otras personas.

¿Cómo crees que puede el grupo de trabajo User-Managed Access (UMA) cambiar el panorama de nuestro día a día en el trabajo?

Eve Maler: UMA es, en algunos aspectos, una tecnología similar a la del XML porque se trata de un estándar que te permite controlar los datos. En el caso de UMA, el objetivo no es otro que el control de acceso. Por ejemplo, un empleado o administrador de una pequeña o mediana empresa podría necesitar conceder a un compañero o socio acceso temporal a información confidencial como la de RR. HH., el sistema CRM o los registros del servicio de atención al cliente. Si los datos se alojan en un servicio basado en la nube, puede que el impulso sea, sencillamente, compartir una contraseña con la cuenta de la nube. Sin embargo, con los cambios de personal, el problema es mucho mayor. UMA proporciona una arquitectura de autorización federada que permite a las API al frente de información confidencial, a las aplicaciones de clientes que acceden a los datos y a un núcleo central de administración de uso compartido que protege los datos colaborar de una forma totalmente estandarizada. Los servicios habilitados para UMA permiten que los empleados y socios concedan acceso a otros usuarios, de forma segura y limitada, a los recursos confidenciales online e incluso a los dispositivos del Internet de las cosas.

¿Qué tendencias del ámbito de las tecnologías desestabilizadoras ves actualmente que podrían resultar útiles a las pequeñas y medianas empresas?

Eve Maler: Lo más interesante que he visto ha sido el concepto de administración de relaciones de identidad o Identity Relationship Management (IRM, por sus siglas en inglés). No se trata de la solución IAM de la empresa de tu padre, en la que la administración de identidad y acceso se centraba más en los empleados. Los clientes, los dispositivos móviles y las cosas conectadas a Internet están cada vez más presentes en la composición de las soluciones de identidad y eso significa que suele ser un entorno en el que el creciente número de identidades es un objetivo. Las tecnologías y técnicas de este mundo pueden ser radicalmente diferentes. Por ejemplo, puedes decir a los empleados que no tienen derecho a utilizar dispositivos Android en la red corporativa porque no son seguros, pero no puedes decirles que no se compren el último modelo en telefonía móvil. Técnicas como la autenticación contextual, en la que puedes comprobar la huella dactilar de los dispositivos devueltos para ayudar a autenticar usuarios, pueden llegar a cobrar una especial importancia.

¿Tienes alguna otra recomendación para nuestros lectores?

Eve Maler: Claro que sí:

  • siempre hay lugar para la innovación en cualquier sector.
  • No tengas miedo de no ser cauteloso. A veces, la innovación frente a los competidores o audiencias desdeñosas te ayuda a conseguir información valiosa y a llamar la atención de tus clientes.
  • Mejora las cosas que, por tradición, se ven menos favorecidas. Encuentra la solución al por qué las cosas que no funcionan, no lo hacen.
  • Crea, promueve y conecta. Sé el mayor defensor de tu innovación; sal y comienza tu labor de difusión; desarrolla una comunidad de apoyo en torno a tu producto para darlo a conocer.