La realidad sin exageraciones de la impresión 3D
En 2014, pasé prácticamente todo el año viajando por Estados Unidos para un proyecto llamado 3DRV.
Durante el viaje, visité muchas empresas emergentes y algunas pequeñas y medianas empresas que utilizaban o exploraban la impresión en 3D como método que les ayudara a competir contra las grandes compañías. Asimismo, visité algunas de estas grandes empresas, por ejemplo, la NASA, Ford y Autodesk (patrocinador), entre otras. Mi propia experiencia demostró claramente que, aunque hay algo de exageración, también hay un deseo profundo de utilizar estas nuevas tecnologías.
A continuación, destaco algunos hechos recientes (considera los términos “impresión en 3D” y “fabricación aditiva” como sinónimos en el marco de este artículo):
- El año pasado se vendieron en todo el mundo más de 278 000 impresoras en 3D para sistemas de escritorio (menos de 5000 USD).
- El sector de la fabricación aditiva creció un 25,9 % (tasa de crecimiento anual compuesto o TCAC) hasta los 5 165 000 millones de dólares en 2015. La TCAC de los tres últimos años fue del 33,8 %. En los últimos 27 años, la TCAC del sector supuso un impresionante 26,2 %. Creo que este dato desacredita la idea de exageración.
Redondeemos la cifra de ventas de unidades a 280 000 para un cálculo más sencillo; divide ese número entre dos y el resultado parece indicar que 140 000 de esas compras de impresoras tienen un objetivo comercial. Se trata de un mero cálculo de servilleta, por supuesto, pero me baso en el crecimiento que 3D Hubs, un sitio web que enumera las impresoras 3D para alquilar por todo el país y en el que puedes incluir la tuya, publica en su sitio: Actualmente, hay más de 30 000 impresoras en la nueva red (la empresa empezó en 2013). Dado que estas impresoras de sistemas de escritorio cuestan menos, podemos hacer una suposición más: las pequeñas y medianas empresas las están comprando. 140 000 impresoras en 3D aprovechan su eficaz impulso en los sectores creativo y empresarial.
¿Cómo utilizan las pequeñas empresas la impresión en 3D?
- Los arquitectos crean sus modelos, algunos bastante costosos, con impresoras en 3D internas. Stratasys, una de las empresas líderes en fabricación de impresoras en 3D, cuenta con un magnífico caso de estudio sobre cómo los arquitectos de Rietveld de Nueva York utilizan la tecnología para aumentar la productividad y crear diseños más innovadores.
- Legacy Effects es un buen ejemplo de empresa de más de 50 empleados que adoptó la tecnología de impresión en 3D anticipadamente. En un estudio de efectos especiales de Hollywood, comenzaron a utilizar las impresoras en 3D como método para desarrollar sus modelos, si bien se dieron cuenta pronto de que también ayudaban con toda clase de necesidades de flujos de trabajo como las plantillas, los accesorios y otras creaciones necesarias para desarrollar objetos y decorados. Si has visto Iron Man, Avatar, X-Men u otras muchas películas, habrás visto su trabajo, y muchas de las primeras iteraciones y las versiones finales a escala real de los escenarios de las películas se produjeron en una impresora en 3D.
- Matter Hackers es una tienda online especializada en la venta de impresoras 3D, fibra y sus propios dispositivos. Dirigen una tienda física tradicional en el Sur de California y se centran en ayudar a los emprendedores de las comunidades locales y online.
- Rise Robotics, de Greentown Labs en Somerville (Massachusetts, EE. UU.), creaba y rompía —intencionadamente— diseños mientras probaban nuevas versiones cada vez más rápido. Gracias a mecanismos de contacto, han podido crear un nuevo y brillante motor, lo cual fue posible, al menos en las primeras fases de desarrollo de la empresa cuando les visité, con una impresora en 3D.
Sí, existe un gran alboroto mediático en torno a la impresión en 3D. No obstante, lo más importante es que, esas impresoras en 3D reales —como suele decirse: en estado salvaje— están produciendo (y reproduciendo) nuevas e increíbles invenciones y haciendo realidad muchas ideas. Las pequeñas empresas tienen mucho que ganar.